Amanecía esta mañana el embalse con una fina niebla que lo cubría cual madre arropa a su hijo por la noche. Silencioso descansa en invierno nuestro mar de agua dulce mientras va recuperando el caudal evaporado en los meses estivales.
Sereno, tranquilo e imponente, acompañando en todo momento al camping y velando por su seguridad. A su vera, a su regazo, duerme nuestro pequeño tesoro sin hacer mucho ruido, sin movimiento, para reservar su energía a los oscuros días del invierno en los que el sol no se acerca a visitarnos.
Y mientas duermen, el embalse y nuestro camping, una fuerza interior va creciendo cada día que pasa para que en primavera, cuando abra sus puertas el pequeño tesoro y rebose de alegría nuestro embalse, la energía fluya con fuerza a nuestro alrededor.
Sssshhh! Silencio, no vayamos a despertarles...
*Fotografía: Carlos Fernandez. ojodigital.com
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