Buscar un lugar despedjado de hierbas y piedras. Selecciona un suelo llano con mínima inclinación
Extender el cuerpo principal de la tienda: la entrada en la parte más baja y el ábside, donde colocas la cabeza, en la zona elevada.
Clavar las piquetas y fijar al suelo los vientos del cuerpo de la tienda y tensarlos de manera simétrica para evitar las arrugas.
Colocar el doble techo procurando evitar los pliegues y dejando siempre un espacio suficiente entre este elemento y el cuerpo de la tienda.
Hay que evitar que la tela quede floja por algún lado, pues en caso de lluvia, el agua entrará por aquellos lugares sin tensar o en contacto con la tienda.
Sujetar con piedras el doble techo para ganar resistencia contra el aire, evitando que entre por debajo y también que afloje los vientos.
Cavar un pequeño canal alrededor de la tienda y a unos 20 centímetros de sus paredes para que, en caso de lluvia, el agua circule por él.
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